Me habría encantado que me enseñaran desde joven el valor del rol de ser madre. A menudo, en nuestra juventud, tememos asumir esa responsabilidad. Es evidente que cuando nos enamoramos, experimentamos momentos maravillosos y a veces dejamos de lado nuestras responsabilidades, especialmente en lo que respecta al cuidado de nuestro cuerpo. Casi siempre cedemos a los caprichos de nuestra pareja sin pensar en las consecuencias, hasta que nos encontramos sorprendidas con un embarazo no planeado. Nos sentimos abrumadas, estresadas, pero a menudo no tomamos decisiones maduras desde el principio. Optar por el aborto parece el camino más fácil, pero es un grave error. No comprendemos la importancia de la vida que llevamos dentro de nosotros. Querida lectora, llevamos vida, y subestimamos lo que nuestro bebé puede sentir. Desconocemos el vínculo profundo que existe entre los niños y sus madres, la importancia de este rol. Todo lo que sentimos, nuestros miedos, afecta a nuestro bebé. Si tienes la oportunidad de cambiar el curso de esta situación, no elijas acabar con la vida de tu bebé. Él te necesita tanto como tú a él.